Hoy, 21 de agosto, Venus, el planeta que emana la energía de la Diosa del Amor entra en el signo de Virgo (sumándose a Marte en Virgo), y se quedará ahí hasta el día 14 de septiembre. Pero no son los únicos, muy pronto entrará el Sol (el día 23 de agosto) y también tendremos una la Luna Nueva en el mismo signo (el 30 de agosto). Así que poco a poco se va formando lo que en Astrología denominamos “Stellium”, que implica una concentración de planetas en una misma energía zodiacal. En este caso la energía que el universo nos invitará a practicar, comprender e integrar es la energía de la Virgen, pero no como vulgarmente se interpreta esta palabra, sino más bien en el sentido de “sacerdotisa” o diosa de la naturaleza que tiene y brinda el don del discernimiento, orden y perfeccionamiento de la vida de los seres humanos.
Desde el año 1987 no había habido una concentración Virgo tan fuerte.
¿Y cómo es la energía de Virgo?
Para responder eso hay que observar que esta energía, perteneciente al elemento Tierra, forma parte y equilibra el importante eje de finalizaciones de ciclo Virgo-Piscis: “Las partes, el orden, separar el grano de la paja” vs. “La totalidad, no hay límites, no hay bueno ni malo, todo es uno”. Virgo es y necesita ser racional, inteligente, analítico, ordenado y práctico para poder establecer un ORDEN en nuestras vidas.
Venus en Virgo conecta estas cualidades con el Amor. Pero no el amor que normalmente asociamos a esta palabra (el amor romántico), sino aquel que verdaderamente es importante y es base de cualquier forma de relación: el Amor propio.
¿Cuánto me valoro a mí misma?
¿Cómo me amo a mí misma?
¿Cuánto belleza y sana perfección logro manifestar en mi vida?
¿Cuáles áreas de mi vida necesitan ser puestas en orden?
¿Cuáles asuntos me piden una solución o un orden urgente?
¿Qué cosas de mi casa necesito vender, tirar, regalar?
¿Cuáles personas necesito “sacar” de mi entorno para ser más feliz?
¿Cuál tipo de personas necesito en mi entorno para sentirme mejor?
¿Estoy viendo la realidad tal como es?
¿Estoy llamando a las cosas por su nombre?
¿O estoy autoengañándome con una realidad ilusoria que no me hace feliz?
Virgo es una energía que nos ayudará a ver la realidad tal como es y a ponerle nombre a las cosas, a los hechos, a las emociones y a las decisiones. Nos ayudará a tomar conciencia, a través del análisis y el discernimiento, de que hay situaciones que tenemos que cambiar (¡si, nosotras lo tenemos que cambiar!... es decir, tenemos que actuar, movernos, poner en orden todo eso que se siente confuso, perturbador, caótico, molesto, etc. Simplemente porque no se siente bien, porque no nos hace bien. Porque nos amamos y deseamos sentir que estamos viviendo una realidad mejor, más digna, más clara, más bonita, más valiosa. Una realidad que nos merecemos.
Venus nos ayudará a amarnos mejor aplicando la energía Virgo. Y digo ayudando porque se trata de una tendencia, de una influencia y no una obligación (por regla general), aunque en algunos casos es probable que se sienta o se manifieste como algo externo que sucede “afuera” y que viene a obligarnos a limpiar, depurar, ordenar y, en definitiva, a amar más y mejor a nuestro cuerpo físico, a nuestro hogar y a nuestro mundo interior.
Liz Greene, astróloga de enfoque psicológico-Junguiano y cofundadora del Centre for Psychological Astrology en Londres, nos dice: “Al igual que Astrea, Virgo no tiene la menor simpatía hacía los desordenados. En los dominios de la Diosa Astrea todas las cosas tienen su tiempo y su lugar, toda forma natural del universo tiene una duración y un valor determinado. No es sorprendente pues que con tal daimon presidiendo el signo, Virgo se incline hacia el ritualismo y hacia una visión de la vida en la que debe restaurarse la justicia.”
Así, nos damos cuenta de que estas necesidades de orden, limpieza, perfección y justicia representan, arquetípicamente, los deseos encarnados de Astrea (hija de Zeus que habitó entre los hombres en la edad de oro) y que se manifiestan de manera espontánea y natural a través de los nativos de Virgo. Ellos y ellas son los embajadores en la tierra del noble anhelo de esta Deidad: restaurar la pureza y el orden naturales en la Tierra.
Entonces, estas semanas (lo que queda de agosto, todo septiembre y parte de octubre) estaremos invitadas y motivadas a buscar (¡y a encontrar!) maneras de manifestar esa belleza y amor de Venus, a la manera de Astrea: con amor por el detalle, por el orden y con una sana perfección que Virgo y su energía nos van a brindar en este periodo.
¿Cómo vas a aprovechar esta energía para mejorar tu vida?
¿Cuáles hábitos necesitas remplazar por otros más saludables?
¿Cómo puedes poner más orden y belleza en tus relaciones?
¿Hace cuanto que no tomas el tiempo para ofrecer un detalle a alguien que amas?
Y ¿Qué vas a hacer en concreto para amarte más y mejor a ti misma?
¡Que logres manifestar una ordenada y bella realidad para ti misma!
Laura Camacho
Astrología Humanística & Coaching Transpersonal